Cargas de CO2 

El Dióxido de carbono no es inflamable y bajo condiciones atmosféricas es químicamente estable e inerte, pudiendo disolverse en el agua para producir ácido carbónico, que reacciona como un ácido relativamente débil, teniendo efectos corrosivos en el acero y en algunos metales.
 

Los cilindros de CO2 para carabinas de presión de aire, contienen dióxido de carbono mezclado con un poco de aceite presurizado en estado líquida.
 

Por contener CO2 líquido su encendido hace con que el cilindro se quede frío de una forma bastante rápida, similar al que ocurre con un extintor de fuego de CO2.
 

Estas pistolas y revólveres de Co2 utilizan el dióxido de carbono como fuente de presión.
 

Una vez dentro del recipiente presurizado, alguno del CO2 pasa al estado líquido quedando ambos líquido y gas dentro del propio recipiente.
 

Cuando el tirador presiona el gatillo se abre una válvula dentro del cilindro que deja alguno del gas pasar al tubo, causando un descenso repentina de presión explosiva que hace que el proyectil sea disparado por el cañón a alta velocidad. Casi instantáneamente otro líquido pasa por el mismo proceso para sustituir el gas previamente liberado preparando así el cilindro para el próximo disparo.